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II. Los espacios intersticiales - un concepto por la liberación 

Todas las sociedades ya mencionadas mostraban una tolerancia por el erotismo adulto-adolescente varón porque fue una parte aceptada de la vida, a pesar de lo que dictaban las normas de la cultura y religión. La expresión sexual puede realizarse cuando hay espacios en la sociedad. Estos espacios pueden ser amplios o pequeños, delimitados o sin fronteras, a veces físicos, a veces conceptuales, a veces ambos. Y a veces la sociedad no se da cuenta de ellos. Estos últimos son los intersticios en el tejido social en el que la gente puede moverse con autonomía, a pesar de las normas de la religión, la psiquiatría u otras fuerzas externas. No es un concepto reconocido como tal por la ley, pero es importantísimo para la libertad.     

Los espacios constituyen una forma de oposición a la cultura dominante, dice Lawrence Grossberg: 

La oposición puede ser constituida de vivencias –aunque sea para unos pocos momentos– en el cuadro de prácticas, estructuras y espacios alternativos, cuya relación a los sistemas del poder vigente es imperceptible... Y aquí hay que plantear el deseo y el placer como epifenómenos más bien secundarios. 

La literatura homoerótica está repleta de ejemplos de la expresión del deseo llevado a cabo en estos espacios—por ejemplo, cuentos de autores como el cubano Reinaldo Arenas (Antes que anochezca), el mexicano Luis Zapata (El vampiro de la Colonia Roma) y el colombiano Fernando Vallejo (El fuego secreto; Los caminos a Roma).

Hay un filósofo-poeta contemporáneo que abarca una vista amplia de estos espacios, una vista fundada en la religión islámica y que comprende la sexualidad: Hakim Bey. Su reputación se remonta a los años sesenta, cuando vagaba por África del norte, India y Asia. Pasó más de diez años en Irán, leyendo textos heréticos y estudiando el misticismo del movimiento Sufi.  

Zonas temporalmente autónomas

De sus ideas, una de las más importantes es el TAZ, o sea, la zona temporalmente autónoma (Temporary Autonomous Zone; TAZ por sus siglas en inglés). El TAZ busca dar a la gente espacio(s) para que puedan vivir felices.                                                       

Bey ha citado varios ejemplos de TAZ, desde el reducto legendario de Alamut que está en Irán, hasta las sociedades clandestinas chinas del Tong. Un TAZ que quería establecer era en el Parque de Riverside en Nueva York. En su "Comunicado No. 8 — La teoría del caos y la familia nuclear", el poeta narra cómo llegó al parque al anochecer, metido en polvo de setas.  Allá vio a un joven cogido de su padre, jugando al béisbol con él:

 

Le transmito telepáticamente una imagen de dulce licencia, el olor del TIEMPO desatado de todas las redes de la escuela, las clases de música, los campamentos de verano, las tardes familiares alrededor de la tele, los Domingos en el Parque con Papá—tiempo auténtico, tiempo caótico.

 

Los medios no permiten este tipo de comunicación. "Han usurpado el tiempo y el espacio del arte como queremos practicarlo," se queja Bey. "Han redefinido todas las comunicaciones creativas como un intercambio de mercancías o imágenes para alejarnos".

 

El artículo más reciente de los medios anglosajones sobre el halekína ilustra bien esta observación. Fue publicado en el Los Angeles Times. No usa palabras desagradables como "pedofilia". Su punto de vista, expresado por un psiquiatra, es más insidioso: dice que cuando los hombres afganos tengan acceso a mujeres, el sexo entre adolescentes y hombres desaparecerá. Con una incidencia del 50 por ciento de la población masculina, no será tan fácil deshacerla del halekína. Y para decir que una persona dejar a sus prácticas homosexuales tan pronto como pueda es despreciar la homosexualidad en sí mismo.

 

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