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I. La tradición y las prácticas 


La Alegría de los corazones
— El inicio de un libro sobre las prácticas sexuales, escrito en el siglo XIII por al-Tīfāchī, originario de Túnez. Lleva el título Nuzhat al-albab fi-ma la yujad fi kitab ("La Alegría de los corazones no se encuentra dentro de un libro"). Esta copia no tiene fecha; probablemente es del siglo XVIII. Fuente: La Biblioteca Nacional de Medicina

Las relaciones sexuales entre los adolescentes varones y adultos en el Medio Oriente han sido documentadas durante siglos, como podemos ver en este cuento de un libro del siglo XIII, The Delight of Hearts (La Alegría de los corazones):  

Un día [el famoso poeta Abū-Nuwās] relató el siguiente acontecimiento...

Así es como llegué a escribir mi primer poema. Era todavía un adolescente. Había seguido mi entera educación literaria aprendida en el Mirbad de Basra [un lugar conocido en el que se reunía la gente de letras]... Un día allí conocí a un beduino, que apenas hubo vendido algunos camellos... Le oí hablar, y la pureza y precisión de sus palabras me encantaron. Me senté cerca, y él me miró.

"¿Por qué me mira?"

"Te estoy mirando, ¡y hay muchas cosas más que me gustaría hacer contigo!"

"¡Recíteme algo de su poesía!"

Recitó una qassida [una oda compleja considerada como una de las formas más altas de poesía; es un fuerte de los beduinos]...

"¡Puedo hacerlo mejor!" exclamé.

"¡A ver, entonces!"

Me concentré un rato, formando mi poema en la mente hasta que al fin logré hacer estos versos:

.....

 

una gacela joven, cuyas pupilas líquidas

han desprestigiado a todos sus compañeros

dormida con ternura 

como si estuviera aturdida por su propia belleza. . .

 

Sol de resplandor

en una duna de arena esculpida,

libre de imperfecciones, cuando él se inclina

sobre una rama verde, ¡es igual al sol!

 

"Estos versos no sólo te describen a ti," comentó el beduino, "también describen tu estilo de composición. Por mi madre y mi padre, ¡no podría creer que tú fueras capaz de escribir tanto  y tan hermosamente!"

Hurgó en el montón de monedas que le habían dado, sacó un puñado lleno y me las dio. Las acepté, y desde aquel momento en adelante decidí dedicarme a la poesía.

 

—al-Tīfāchī, Ahmad, The Delight of Hearts 

 

Abū-Nuwās (c. 756-810 DC) superó sus orígenes humildes para hacerse un poeta famoso. Estaba abierto sobre su atracción hacia los adolescentes varones. Ahmad al-Tīfāchī, que escribió sobre él cuatro siglos después en The Delight of Hearts, fue un sabio y un autor prolífico. La Biblioteca Nacional de Medicina en los EE.UU. clasifica The Delight of Hearts como un tipo de manual de higiene sexual. Advierte que trata, en su mayor parte, de las "prácticas insólitas e ilegítimas", y por eso quizás es mejor ponerlo bajo la categoría de "literatura adab, o sea un tipo de belles lettres moralistas".  

Lejos de ser moralista, The Delight of Hearts es una descripción franca y muchas veces colorada de las prácticas sexuales, escrita en un estilo gracioso y humano, parecida al que el escritor Geoffrey Chaucer adoptaría un siglo después en su obra clásica inglesa The Canterbury Tales. Y a pesar de la calificación "insólita e ilegítima", al-Tīfāchī clarifica que Abū-Nuwās no fue el único en tener esta orientación sexual. Casi toda la obra The Delight of Hearts trata del sexo. La mayor parte de éste es sexo entre hombres y adolescentes varones, y al-Tīfāchī lo celebra.  

En su estudio exhaustivo sobre el amor de los adultos por adolescentes varones, el jurista destacado holandés Edward Brongersma cita varias fuentes históricas acerca de su observación que tales relaciones[1] estaban aceptada en la cultura árabe y en la región del Medio Oriente hace siglos, y persiste hoy en día, a pesar de la censura del Corán. Dice que en la cultura árabe, a los hombres que aman a adolescentes, "se les desaprueba oficialmente, pero la mayoría considera esa conducta una falta leve". Afirma que el amor y el sexo son fuerzas "primordiales" y por eso es mejor que los abracemos en vez de rechazarlos.  

Edward A. Lacey, el traductor de The Delight of Hearts del francés al inglés, dice que "no se puede enfatizar demasiado" la importancia de las civilizaciones clásica y bizantina para el mundo árabe medieval:  

El tesoro de la literatura clásica griega (y por lo tanto también la latina), la filosofía y la ciencia se traducían inmediatamente y con entusiasmo al árabe y se asimilaban con la cultura árabe... Se ve claramente la influencia del pensamiento griego en todas las páginas de esta obra, sobre todo en cuanto a las actitudes griegas clásicas hacia los chicos, al amor de los chicos y al papel de las mujeres, también como en los conceptos de Plato y Aristóteles que surgen cada vez que el autor y las autoridades que él cita intentan incorporar el rigor lógico o científico.  

El Islam, dice Lacey, toleraba los contactos sexuales entre adolescentes y adultos varones:  

Es notable que, bajo los Omayyads permisivos y los aún más permisivos Abbassids [dinastías que reinaron después de la muerte de Mahoma hasta alrededor de 1258], no tenemos ningunos datos de castigos de poetas por sus opiniones y declaraciones publicadas, o siquiera  por sus actividades sexuales... De todos modos, la homosexualidad parece practicarse tan comúnmente bajo los Omayyads y Abbassids (y también en el tiempo de al-Tīfashi) como se practica hoy en día en la mayoría de los países musulmanes... Parece que la edad del efebo amado no preocupaba a los ciudadanos de esa época (aunque seguramente tenían sus propios hijos) más de lo que preocupaba a los griegos antiguos...  

En su libro Islamic Homosexualities (Las homosexualidades islámicas) Stephen O. Murray y Will Roscoe dan pruebas amplias de la centralidad del erotismo masculino adolescente-adulto en los países islámicos. Aunque las relaciones estratificadas por la edad fueron –y son­– la norma para la expresión homosexual, la homosexualidad islámica ha sido más diversa que la de la cristiandad:  

No sería una exageración decir que, antes del siglo XX, la región del mundo con las homosexualidades más visibles y diversas no era la Europa del noroeste, sino el África del norte y el Asia del suroeste. Efectivamente, el contraste entre las homosexualidades "occidentales" e "islámicas" no es tanto uno de visibilidad e invisibilidad, o uno de libertad moderna contra la represión tradicional, sino uno de delimitación contra la elaboración, de una sola pauta de homosexualidad, definida y delimitada por las instituciones y discursos vinculados fuertemente al estado-nación moderno, contra la variedad, distribución y longevidad de las pautas de sexo entre varones en las sociedades islámicas...  

Citando varios estudios de los países islámicos, así como de América Latina y Asia, Murray y Roscoe destacan el papel clave del estado-nación occidental en el control de la sexualidad. Concluyen:  

Si Europa no ha sido convertida a un monoteísmo centralizado con alguna capacidad de regular el compartimiento social a través de agentes locales (una capacidad aumentada mucho con la aparición del estado-nación), las pautas [de homosexualidad] de estatus desemejante y de género han podido florecer en la época premoderna con la misma diversidad y visibilidad que tenían en las sociedades islámicas... Los datos... hacen pensar que no hay razón para que las pautas [de homosexualidad] de estatus y de género encontradas en las sociedades islámicas no puedan llegar a ser homosexualidades "modernas". En muchas ciudades no occidentales, vemos precisamente esto [hoy en día]: los hombres adoptan la terminología nueva y las concepciones de sí mismos de una identidad gay bajo la influencia de ejemplos occidentales y siguen, mientras tanto, observando las distinciones tradicionales en sus relaciones personales de mayor / joven, activo / pasivo e inclusivo masculino / no masculino.    

 

Edward Carpenter, uno de los primeros activistas homosexuales en Inglaterra, relató un cuento de un libro escrito en el siglo XIX por el jurista J.S. Buckingham sobre el amor entre un chaval y un derviche, que era el guía de Buckingham en Pakistán:   

 

  

 

[Hace cinco o seis años que el derviche Ismael]  observó, dentro de la multitud, a un chico turco, joven y muy bello. Echaron ojos, como si fuera por el destino, y quedaron así, contemplándose durante un rato. El chico, después de "ruborizarse como el color de un amanecer veraniego", se fue, volviéndose frecuentemente para mirar a la persona que lo había mirado con tanta emoción. El derviche sintió que el corazón "daba vueltas"...  Pronto regresó el chico, y después de caminar de un lado para otro, se le acercó, como si estuviera apoderado, se plantó delante de su observador, y le preguntó, "¿Bueno, es verdad entonces que me amas?" "Esto", dijo Ismael, "fue un puñal en mi corazón; no pude contestar". Sus amigos... que estaban cerca... le preguntaron si se conocían. Les aseguró que nunca antes se habían visto. "Entonces", le contestaron, "un suceso como éste debe ser divino".

—Buckingham, J.S., Travels in Assyria, Media and Persia, Henry Colburn y Richard Bentley, Londres, 1830, citado por Carpenter, Pág. 108 a 109  

Cita Murray más de este cuento, incluso la conclusión de Buckingham:  

Con todo esto [incluyendo una "Oda al Amor" en pasto], con muchos otros ejemplos similares y cuentos de personas actuales que vi en Arabia y Persia, no podría dudar más de la existencia en el Oriente y Persia de una afección para los adolescentes varones, con la misma pureza y honor de sentimientos que tenemos en Europa por las personas del otro sexo.  

El ensayo de Richard Francis Burton 

Ismael y el joven estuvieron juntos varios años hasta que el joven murió. Esta historia ocurrió no mucho antes de que el célebre explorador y escritor inglés Richard Francis Burton pasara por las grandes ciudades de Arabia.  

Cuando tenía veintiún años, ingresó en el ejército británico. Un oficial mandó que investigara Karachi, en aquel entonces un pueblo de dos mil personas, que tenía tres burdeles en los que trabajaban exclusivamente jóvenes varones. Burton relató que  muchos clientes de esas casas de citas eran oficiales del ejército del imperio inglés. Su informe fue eliminado.  

Burton hablaba las lenguas árabes con tanta fluidez que muchos de ellos pensaban que era árabe. Vivía también en América del Sur y África. Fue autor prolífico, que escribió docenas de libros, entre ellos una traducción reconocida de Las mil y una noches.  

Burton no tenía mas que elogios para las culturas que, "estudian –y estudian con inteligencia– el arte y misterio de satisfacer físicamente a la mujer... La falsa virtud, la modestia más inmodesta de la Inglaterra y los Estados Unidos del siglo XIX, pronuncia el tema asqueroso y empalagoso". Este punto de vista fue expresado en su traducción del The Perfumed Garden (El jardín perfumado): "El Islam, por lo general, considera la castidad no como un ideal sino un accidente desgraciado".  

Publicó una edición privada de Las mil y una noches. Incluyó al final de la misma un ensayo verdaderamente enciclopédico sobre las relaciones sexuales entre adultos y adolescentes varones en la historia y en su época. Décadas antes de los activistas homosexuales como Carpenter y más de cien años antes de los antropólogos e historiadores de hoy, Burton ya había hecho un esfuerzo para describir las prácticas sexuales entre hombres. La mayor parte, narró Burton, era entre hombres y adolescentes. Fue tan común la incidencia de ella que se le denominó una "Zona Sotádica", una franja ancha del mundo en el que se practica. He aquí unos ejemplos de los países árabes y del Medio Oriente en el siglo XIX:  

En Egipto, los adolescentes que buscan hombres frecuentan los baños públicos, igual que en los tiempos pasados;  

En Marruecos, los musulmanes viven abiertamente con adolescentes. Relató Burton que una esposa inglesa era indigna porque no podía desterrar de su casa a "ese chico insoportable";  

En Persia, la práctica es "tan inherente que está en los huesos";  

Sobre los afganos: "Son viajeros comerciantes de gran escala y las caravanas están acompañadas de un número de chicos y jóvenes vestidos casi en atuendo de mujeres, con los ojos delineados con kohl y las mejillas coloradas, pelo melenudo, y los dedos de las manos y los pies dibujados con alheña, montando lujosamente en alforjas de camellos o Kajawas: se les llama Kuch-i safari o 'esposas de viaje', y los esposos andan pacientemente a su lado".  

 

Quizás Burton fue el primer antropólogo que investigó la sexualidad entre varones. En su obra Homosexualities publicado en 2000, Stephen O. Murray dice que han habido tres formas de experiencia homoerótica durante la historia humana: una estructurada por la edad de los participantes, una estratificada por el género, y una homosexualidad moderna igualitaria, lo cual muchos dicen que sucedió en América del Norte y Europa después del motín gay de Stonewall en la ciudad de Nueva York en 1969. Después de investigar varias culturas, Murray dice que todas estas formas han estado –y todavía están– presentes en todo el mundo. Rebate la opinión predominante en los EE.UU. y Europa de que la homosexualidad "moderna" he sustituido o está sustituyendo las otras dos.    

Florencia en el Renacimiento

Una de las obras más detalladas sobre las prácticas sexuales antes del siglo XX es el estudio de Michael Rocke en la Florencia del Renacimiento. Apoya la opinión de Murray de que la conducta homoerótica de edades discrepantes fue común. Rocke hizo un análisis estadístico exhaustivo de la conducta sexual entre varones en Florencia. Sus datos provienen del archivo municipal; son de los hombres que fueron acusados de practicar sexo con adolescentes varones.  

Los estadísticos indican que probablemente la mayoría de los hombres de Florencia tenía relaciones sexuales con jóvenes de su sexo. La situación no era nada mala. No hubo procesos jurídicos contra la gran mayoría de los acusados. Los castigos no eran severos, excepto en los casos extremos—por ejemplo, en caso de violación, abuso, o sexo con niños impúberes.  

El erotismo entre hombres en esa ciudad italiana tenía la forma casi exclusiva de amistades entre hombres y adolescentes. No era una subcultura. Fue parte integral de la cultura hasta que gente reconocida como Niccolò Machiavelli ayudó a un vecino cuando la policía detuvo a su hijo por sodomía.  

Cita Rocke una agudeza relatada por Machiavelli sobre la transición de la juventud a la madurez de un hombre que "era una afrenta demasiado grande, porque cuando era joven apartaba a los esposos de sus esposas, y ahora aparta a las esposas de sus esposos". También, menciona una carta a Machiavelli de parte de Francesco Vettori, embajador en Roma, aconsejando a su amigo, que estaba preocupado porque su hijo Lodovico mantenía relaciones íntimas con un chaval. Dice Rocke que Vettori "aconsejó indulgencia y recordó sus experiencias como jóvenes". Escribió Vettori:  

Al envejecer, nos hacemos severos y escrupulosos, y no recordamos lo que hicimos como adolescentes. Bueno, Lodovico tiene un chico acompañándolo, con quien se divierte, hace bromas, camina, refunfuña en la oreja, va a la cama. ¿Y qué? Incluso en estas cosas a lo mejor no hay nada malo.  

Hay muchas otras cartas y anécdotas así que dan vida a los estadísticos de los procesos jurídicos hasta que tenemos una imagen bien clara de las prácticas sexuales en esta ciudad. Rocke sostiene que la opinión predominante entre los historiadores contemporáneos –de la que él está de acuerdo– es que la evidencia que existe sobre las prácticas sexuales entre hombres en Europa demuestra que la gran parte tenía lugar entre adolescentes y hombres. Siguió así hasta por lo menos el siglo XVIII.  

Quant'è bella giovinezza,

che si fugge tuttavia!

Chi vuol esser lieto, sia:

di doman non c'è certezza.

Lorenzo de' Medici, Canzona di Bacco

Grecia, España y otras regiones 

Hay muchos artículos y libros de revisión de estudios transculturales que apoyan la aseveración de Rocke. Bernard Sergent demuestra que el concepto de las relaciones sexuales entre adolescentes y adultos varones como institución sumamente estimada por la sociedad no empezó con los griegos. Esta idea tiene sus raíces en la tradición prehistórica indoeuropea. Félix Buffière en su estudio sobre tales relaciones en la Grecia antigua da ejemplos de otras sociedades también.  

Wainwright Churchill dice que las evidencias antropológicas en todas las sociedades desde que tenemos conocimiento indica que "los contactos homosexuales ocurren con mayor frecuencia y característica entre un varón menor y otro mayor, antes que entre varones maduros de la misma edad". Los ejemplos de dicha conducta citados por Vern Bullough y A.L. Rowse son por su gran mayoría entre hombres de edades discrepantes.  

En sus ensayos informativos sobre las culturas musulmán, sefardí y cristiana de España, Daniel Eisenberg dice que la homosexualidad tenía la forma de relaciones entre adultos y jóvenes. Sus escrituras tratan de la época del emperador Adrián, que provenía de España, siguen hasta hoy e incluyen la época de los fenicios, el al-Andaluz, y los tiempos medievales. Dice que en España,  

La homosexualidad varón... adquirió una mística, una fascinación, una forma atrayente que no ha tenido en ningún otro país occidental... Los orígenes de la España moderna están inseparablemente vinculados con el tema de la homosexualidad... [y] dicha homosexualidad fue por la mayor parte entre hombres adultos y jóvenes.  

Tratemos de unas culturas específicas: David Thorstad ha escrito sobre las prácticas sexuales entre hombres y adolescentes en Siwa, África, y en la ciudad de Juchitán en el istmo del estado de Oaxaca, México. Beverly Chiñas también documentó las relaciones entre hombres y chicos adolescentes muxe en los pueblos zapotecos del istmo oaxaqueño. Tom Reeves ha descrito las relaciones entre hombres y jóvenes en ciudades norteamericanas como Baltimore en el estado de Maryland. Dice que había "cientos" de lugares de encuentros de hombres y adolescentes, y que la práctica todavía sigue, aunque escondida. Steve Maynard documenta estos tipos de relaciones en Canadá a principios del siglo XX y George Chauncey hizo lo mismo para la ciudad de Nueva York.  

Mark McLelland resume los resultados de los investigadores de la conducta homoerótica en el Japón en las épocas Tokugawa y Meiji (1600 a 1911) y dice que la forma predominante era las relaciones entre adolescentes y adultos. La revista International Journal of Greek Love documentó tales relaciones en la Albania en el siglo XIX, en el Egipto antiguo y en la Turquía del siglo XIV hasta hoy, y la revista Paidika hizo lo mismo para otras culturas. El padre francés Joseph Doucé describió las prácticas sexuales entre adolescentes y hombres en la Francia moderna.  

Pero, en cambio, no sabemos casi nada de las prácticas sexuales de la mayor parte del mundo, sobre todo de las culturas prehistóricas y las culturas arrasadas por los colonizadores y otros invasores. Roscoe no encuentra muestras de pautas de homosexualidad discrepante de edad en el Egipto y suroeste de Asia o en la Mesopotámica arcaica. Además, dice:  

Las relaciones homosexuales discrepantes de edad institucionalizadas se han dado entre varios grupos islámicos en áreas que una vez fueron parte del impero romano—por ejemplo, los Balcanes, el Medio Oriente, y África del norte. La cuestión para los investigadores que van a estudiar estas culturas es si estas tradiciones tuvieron una historia continua hasta los tiempos antiguos y preislámicos o si se desarrollaron luego, como imitación de los musulmanes, que en la época en la que llegaron a esas áreas, ya habían adoptado las pautas [de homosexualidad] de estatus desemejante.    

 

Además, las relaciones sexuales entre adolescentes y adultos varones no se ven en la superficie de las sociedades modernas. Muchas veces no hay datos precisos sobre las edades de los participantes. No podemos negarla, pero tampoco podemos afirmar cosas sobre lo que desconocemos. Sin embargo, entre las culturas de las  que tenemos datos sobre el comportamiento sexual, queda clara que relaciones sexuales entre adultos y adolescentes han sido y todavía es una forma principal de erotismo homosexual.  

 

[1] En este ensayo, no uso las palabras "pederastia" y "pedofilia" para describir los pastunes y sus prácticas sexuales, tanto como la palabra política "gay" y el término psiquiátrico "homosexual" (y el precursor del siglo XIX, la "perversión".) Son palabras inadecuadas. Además, los artículos de los medios son tan polémicas que es imposible decir con certeza que sea la realidad en Afganistán.

 

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